martes, 23 de octubre de 2012

Fisiología aplicada al hockey cesped




Perfiles de actitud física : Hockey Femenino
Antropometría20
El físico de las jugadoras de Hockey tiende a tener un perfil de somatotipo 3.5 / 4.0 / 2.5 (Bale y Mc Naught-Davis, 1983; Reilly y Bretherton, 1986; Willsmore, 1987). Scott (1991) observó un somatotipo más definido 3.2 / 4.4 / 2.4 en jugadoras africanas. Un físico con más masa muscular es beneficioso en muchos aspectos del juego como tackes y golpes con dos manos. Las jugadoras tuvieron un ectomorfismo bajo; Reilly y Bretherton (1986) demostraron una desventaja específica del físico lineal, reportando una correlación negativa entre el ectomorfismo y la precisión en un test basado en destrezas de Hockey. Las jugadoras de Hockey, por lo general, son más endomórficas que las corredoras de fondo de un nivel competitivo similar, observación que también está reflejada en las estimaciones de la composición corporal.200.27.73.13
Se reportaron porcentajes grasos para jugadoras de nivel nacional del 25.1 % (Johnston y Watson, 1968) y 25.3 % (Withers y Roberts, 1981). Estos valores son cercanos a los reportados para la población general de edad similar. Reilly et al (1985) reportaron un valor del 25.8 % para el equipo nacional de Gales (Tabla 1), mientras que se observaron valores de 23.0 ± 1.9 y 22.9 ± 2.9 en jugadoras inglesas de élite y de nivel regional, respectivamente (Reilly y Bretherton, 1986). Withers et al (1987 a) registraron un promedio del 20.2 % para jugadoras australianas. El estudio de revisión de Reilly y Secher (1990) reportó una dispersión de valores medios en la literatura para jugadoras de Hockey de entre el 16% y el 26 %. Los valores más bajos podrían observarse en los niveles más altos de juego, ya que se alcanza la máxima aptitud física en torneos internacionales. Ready y Van der Merwe (1986) al evaluar 18 deportistas del equipo Olímpico de Canadá, en el año de los Juegos Olímpicos de los Angeles, observaron que el porcentaje promedio de grasa corporal disminuyó del 18.9 al 15.7 % durante el período de investigación.200.27.73.13
A pesar de que la estatura no es necesariamente una predisposición para el Hockey de alto nivel, los valores promedio tienden a estar en el rango de 162 a 165 cm. Esto es más alto que los valores medios para esquiadoras de cross country, esquiadoras alpinas y gimnastas, pero menor que los valores medios de lanzadoras de bala, y jugadoras de Sóftbol (Reilly y Secher, 1980). Los valores promedio de peso corporal en el rango de 58.0 a 62.9 kg muestran que las jugadoras son más pesadas que las esquiadoras, pero más livianas que las pentatletas (ahora heptatletas) y jugadoras de sóftbol. Aparentemente, las jugadoras de Hockey tienden a tener un tamaño corporal y una masa muscular moderados, adecuados para la competencia intensa. Excepciones a éstas tendencias fueron los equipos asiáticos (en particular de la India y Malasia); el peso promedio de las 23 jugadoras del equipo Hindú estudiadas por Verma et al (1979) fue de 51,0 kg, siendo las arqueras y zagueras las de más peso, y las delanteras y mediocampistas las más livianas.200.27.73.13

Tabla 1. 
Datos antropométricos de equipos antropométricos nacionales de Hockey femenino. Los valores representan las medias ± DE200.27.73.13
Rendimiento Múscular

Las cifras revisadas por Reilly y Secher (1990) mostraron la alta potencia anaeróbica de las jugadoras de Hockey, en comparación con jugadoras de otros deportes. El rendimiento promedio en la carrera en escalera (955 W) fue superior a jugadoras de sóftbol, o esquiadoras de cross contry. Cuando se corrigió por el peso corporal, el rendimiento de las jugadoras de Hockey fue 3.7 W/kg, mejor que el de las jugadoras de netbol. El beneficio de una elevada potencia anaeróbica se hace evidente cando se considera las frecuentes demandas para cambiar de ritmo y dirección en un contexto de juego. De hecho, Reilly y Bretherton (1986) reportaron que la potencia anaeróbica era útil para discriminar entre jugadoras de élite y de nivel regional. En éste estudio, las jugadoras de élite también fueron superiores a las de nivel regional en el salto en largo desde posición de parado (200 ± 18 vs 180 ±17 cm), salto vertical (40.3 ± 6.0 vs 36.6 ± 4.2 cm), y velocidad vertical en el test de escalera (1.39 ± 0.13 vs 1.25 ± 0.10 m/s). También hubo diferencias en los valores de fuerza de los extensores de la rodilla (98.0 ± 26.6 vs 89.8 ± 15.4 kg) y fuerza de prensión de la mano izquierda (35.1 ± 5.9 vs 33.0 ± 3.5 kg) y derecha (38.2 ± 3.9 vs 35.2 ± 4.3 kg).200.27.73.13
Los análisis de los componentes principales de los datos de aptitud física en 24 jugadores de Hockey identificaron componentes relacionados con la potencia anaeróbica y la velocidad de “dribbling”, los cuales estuvieron significativamente correlacionados (r = 0.694). El componente de velocidad de “dribbling” incorporó un esprint de 50 yardas (45.5 metros) y una carrera de 60 yardas (54.6 metros) en forma de T (Reilly y Bretherton, 1986). Se observó que la velocidad de “dribbling” era diferente en los distintos niveles de juego, indicando que “dribblear” con la pelota a velocidad es importante en el Hockey. La relación con el tiempo de carrera sugiere que la capacidad de esprint es necesaria para ejecutar las destrezas de “dribbling” a velocidad. 200.27.73.13
En vista de una gran masa muscular comprometida en el Hockey, la evaluación de la fuerza debe comprender mediciones de múltiples grupos musculares. Strauss et al (1986) estudiaron a 17 miembros del Instituto Australiano de Hockey Femenino utilizando un dinamómetro isocinético (Kin-Com). Se calcularon los cocientes entre flexión y extensión de rodilla para las extremidades dominantes y no dominantes, durante acciones concéntricas y excéntricas a velocidades bajas (60 grados/s). Los cocientes promedios variaron entre 0.55 y 0.61 y no difirieron significativamente entre las dos extremidades, el modo, o la velocidad de contracción muscular. Los cocientes para la fuerza de los supinadores y pronadores del antebrazo (calculados a partir de los valores promedio de potencia, y también por el torque a un ángulo articular constante) fueron mucho más variables, dependiendo del lado del cuerpo y del procedimiento de cálculo. Si bien el cociente flexores-extensores puede ser útil para examinar la musculatura de las piernas para un desarrollo balanceado de la fuerza en jugadoras de Hockey, no se puede decir lo mismo para la musculatura del antebrazo.200.27.73.13
Factores aeróbicos

Por lo general, se considera el máximo consumo de oxígeno ( VO2máx) como el mejor indicador de la potencia aeróbica máxima. El promedio de VO2máx de jugadoras de Hockey de élite varía de 45 a 59 mL/kg/min (Reilly y Secher, 1990) (Tabla 2). Esto es comparable a los valores reportados para jugadoras de “Lacrosse”, pero inferior al rango determinado para esquiadoras de cross country. Las jugadoras internacionales de Sóftbol tienden a tener valores más bajos que las jugadoras de Hockey.200.27.73.13
Las jugadoras inglesas de élite tuvieron valores medios de 46 ± 9 mL/kg/min, los cuales las distinguieron de las jugadoras regionales que tuvieron valores promedio de 41 ± 6 mL/kg/min (Reilly y Bretherton, 1896). Estas cifras fueron estimadas a partir de la respuesta de la frecuencia cardiaca a un test submáximo en bicicleta ergométrica. Jugadoras internacionales de EE.UU. (Zeldis et al, 1978) y de Australia (Wither y Roberts, 1981) tuvieron valores promedios de 50 mL/kg/min. 200.27.73.13
A pesar de que el VO2máx es responsable de producir un efecto en el entrenamiento, la magnitud de la mejoría está solamente en el orden del 25 al 30 % (Astrand y Rodahl, 1986). De cualquier manera, éste rango podría ser responsable de la dispersión de valores reportados para jugadoras de élite, reflejando la fase de la temporada competitiva y el nivel de entrenamiento de los jugadores. El estudio del equipo Olímpico de Canadá en el año de los juegos de Los Ángeles mostró que el VO2 mejoró en éste tiempo de 52.7 ± 6.0 a 55.7 ± 4.5, y finalmente a 59.3 ± 4.1 mL/kg/min, justo antes de la competencia. Los mayores valores reportados durante los períodos de entrenamiento pico podría atribuirse, en parte, a la disminución de la grasa corporal gracias al entrenamiento y a la expresión de la potencia aeróbica en relación al peso corporal. En el transcurso del año hacia los Juegos de Los Angeles el porcentaje promedio de grasa corporal disminuyó de 18.9 a 15.7 %. Este factor por sí solo sería responsable del 25 % del cambio reportado en el VO2máx. 200.27.73.13
Normalmente, la intensificación del programa de entrenamiento de los jugadores de Hockey comprende la superposición de ejercicios específicos sobre el régimen normal. El VO2máx promedio de jugadoras galesas internacionales fue de 54 mL/kg/min en las primeras etapas de planificación para el torneo Intercontinental (Reilly et al, 1985). El equipo tenía una buena base de partidos y de resistencia, y un entrenamiento general de la aptitud física en los dos meses previos a la evaluación, que se realizó 3 meses antes del torneo. A partir de entonces el programa de entrenamiento se planificó de manera tal de mantener este nivel de capacidad aeróbica, pero introdujo elementos de entrenamiento de velocidad. Cuando se evaluó en el mes de la competencia, no se observaron cambios en el VO2máx, el VEmáx, el porcentaje de grasa corporal, el umbral ventilatorio, y la capacidad anaeróbica. Se observaron aumentos significativos en la flexibilidad y en la velocidad de esprint. La conclusión fue que la flexibilidad y la potencia anaeróbica pueden ser mejoradas en la preparación para una competencia importante, sin efectos perjudiciales sobre la capacidad aeróbica. 200.27.73.13
Cheetham y Williams (1987) observaron resultados similares en jugadoras inglesas de nivel regional. Las jugadoras completaron 6 semanas de entrenamiento de alta intensidad que incluía 4 o 5 sesiones por semana (2 carreras rápidas entre 5 y 9 km aproximadamente, 2 sesiones de entrenamiento intervalado que incluía carreras repetidas de 30 a 300 metros, y al menos 1 sesión de entrenamiento en circuito), además de sus compromisos normales en Hockey de 1 o 2 sesiones técnico-prácticas y 1 o 2 partidos por semana. El aumento en el VO2máx fue pequeño de 50.1 ± 4.1 a 52.2 ± 3.7 mL/kg/min. Estas cifras se comparan con los valores de 43.9 ± 2.5 y 44.9 ± 2.7 mL/kg/min para jugadoras de clubes evaluadas en los mismos momentos, pero que no realizaron el entrenamiento complementario. Se observó que los factores aeróbicos, más que los anaeróbicos se distinguen entre los dos niveles de juego. Los niveles máximos de lactato sanguíneo medidos 5 minutos después de un sprint de 30 segundos al máximo en cinta ergométrica fueron similares: 15.4 ± 2.2 y 14.9 ± 1.7 mmol/l para las jugadoras de nivel regional y de club, respectivamente. 200.27.73.13
La predominancia de los factores aeróbicos en el desarrollo fisiológico de las jugadoras de Hockey es sugerida además, por los resultados de los estudios con biopsias musculares. Prince et al (1977) observaron que las jugadoras universitarias tenían una proporción significativamente mayor de fibras musculares rápidas y lentas que los controles. No se pudo establecer el grado al cual esta tendencia se debió a la genética o al entrenamiento. 200.27.73.13
También se han reportado datos de la función pulmonar y cardíaca de las jugadoras de Hockey. La capacidad vital de las jugadoras estudiadas por Reilly y Bretherton (1986) fue del 17.6 y del 16% mejor que los valores normales par la edad, sexo, y tamaño corporal de los equipos de élite y regional, respectivamente. Los valores correspondientes para FEV 1s fueron 14 y 13 % mayores de lo esperado. La mayor ventilación minuto máxima (VEmáx.) medida en el equipo canadiense (Ready y Van der Merwe, 1986) fue justo antes del torneo Olímpico, cuando se alcanzó un promedio de 96.4 ± 10.7 L/min. Las frecuencias cardíacas máximas fueron de 195 ± 9 latidos/min. El VEmáx promedio del equipo de Gales (Reilly et al, 1985) fue de 100.3 ± 19.2 L/min. La frecuencia cardíaca máxima para todas las muestras de jugadoras inglesas (élite y regional) estudiadas por Reilly y Bretherton (1986) fue de 192 ± 7 latidos/min, valor cercano a los de la población general. 200.27.73.13
El umbral ventilatorio indica el punto en el cual en un test de esfuerzo progresivo la ventilación (VE) aumenta desproporcionadamente con respecto al aumento en el consumo de oxígeno VO2. Se supone que esto representa el límite superior aproximado al cual se puede mantener un ejercicio aeróbico. El umbral ventilatorio medido en las jugadoras galesas de nivel internacional fue de un 76.8 ± 6.6% del VO2máx (Reilly et al, 1985). Se cree que este valor representa un buen nivel de entrenamiento. 200.27.73.13
Como medición de la resistencia submáxima se ha utilizado convencionalmente la capacidad de esfuerzo físico (CEF170 o PWC170) a una frecuencia cardíaca de 170 latidos/min. Se observó que la CEF170 del equipo inglés de élite fue de 2.3 W/kg, en comparación con 2.0 W/kg para las jugadoras de nivel regional (Reilly y Bretherton, 1986). Los valores medios de la CEF170 fueron casi 24 % mayores en el equipo de alto nivel que en mujeres sedentarias (Davies y Daggett, 1977). El promedio para las jugadoras galesas fue de 2.87 % W/kg, registrado después de haber tenido una buena base de partidos y entrenamientos. Aparentemente la capacidad aeróbica influye sobre el estándar de juego de las jugadoras de Hockey, por lo tanto, el entrenamiento aeróbico debe formar una parte esencial de la preparación para el juego competitivo.


Tabla 2.
 Promedio del VO2máx de jugadoras de Hockey de élite: sólo se incluyen los valores obtenidos en un test en cinta ergométrica.20


No hay comentarios:

Publicar un comentario